miércoles, 20 de abril de 2011

El primer inglés en surcar el océano Pacífico


Si bien es cierto que Francis Drake pasó frente a la costa Pacífico del istmo en 1579, y que Henry Morgan quemó la ciudad de Panamá en 1671, no fueron los primeros y mucho menos los únicos en navegar por estas aguas.

El primer extranjero en cruzar y navegar el Mar del Sur, fue el corsario John Oxenham, quien fuera lugarteniente de Drake en su ataque a Nombre de Dios, y llegó al istmo en 1576, dirigiéndose a Puerto Faisán, (sitio descubierto por Drake a mediados de 1573) donde esconde su nave, y encuentra el apoyo de los jefes cimarrones Luis de Mozambique y Diego, con quienes había trabado amistad, durante los tiempos en que se encontraba bajo las órdenes de Drake.  Éstos, le informaron que el ataque y captura de las recuas de mulas que transportaban el oro, ya no serían tan fácil como antes, puesto que ahora atravesaban el istmo.  Además, que los españoles habían adoptado enviar un gran contingente de soldados junto a las recuas, y construyeron puestos de observación, como consecuencia de las primeras incursiones.

Decide pues dirigirse al Mar del Sur, en una ruta similar a la utilizada por Balboa (sino la misma) hacía más de sesenta años;  partiendo de Acla, siguiendo luego  el curso del río Balsas y otros brazos de agua donde había un asentamiento español dedicado a la producción de madera (Escuchadero) en el Golfo de San Miguel. Allí robaron herramientas y madera y construyen unas pinazas,  siendo la de mayor tamaño de 45 metros con las que incursionó por las Islas de las Perlas, donde saqueó  la iglesia, las pesquerías, robó esclavos negros y apresó numerosas embarcaciones entre otras un navío de Quito con más de cuatro mil pesos del Rey y otros cincuenta mil, pertenecientes a mercaderes particulares.  Desistió de atacar a la ciudad de Panamá porque encontró que la guarnición española lo estaba esperando.

Para ponerle fin a los pillajes de Oxenham, el cabildo de la ciudad de Panamá sugirió a la corona que enviase cuatro galeones que sirvieran como guardacostas.  Sin embargo, fue el Presidente de la Real Audiencia Gabriel Loarte quien encomendó con ese propósito a Don Pedro Ortega Valencia, quien era factor y veedor de la Real Hacienda, (y que posteriormente se destacó en las guerras contra los cimarrones) con una escuadra de fragatas y otras embarcaciones menores tripuladas por soldados. Ortega Valencia efectuó una búsqueda minuciosa por diversos ríos y ensenadas en el Golfo de San Miguel y atacó sorpresivamente un campamento en el que estaba una treintena de ingleses y alrededor de ochenta cimarrones.

En la escaramuza, murieron veinticinco corsarios, y a cambio de merced; tomó  las declaraciones de algunos prisioneros con las que pudo recuperar gran parte del botín que aquel había enterrado, así como destruir dos pinazas que los corsarios tenían ocultas en Acla.

Finalmente una expedición enviada desde El Callao a cargo de Diego Frías de Trejos,  en abril de 1578 hizo prisionero a Oxenham, junto con diecisiete de sus hombres y unos cuarenta cimarrones. Estos últimos se restituyeron a sus dueños, mientras que los ingleses fueron ahorcados; exceptuando a Oxenham y cuatro de sus lugartenientes (entre los que se encontraban Butler y Thomas Sherwell), quienes fueron llevados al Perú, y encerrados en las cárceles de la Santa Inquisición de Lima hasta finales de 1580, donde fueron condenados a muerte; convirtiéndose así en los primeros piratas ingleses capturados y ejecutados en Tierra Firme.
Oleo titulado "The Sea Captain John Oxenham Enjoying a Tankard of Sack with His Fellow Sailors", pintada por  N. C. Wyeth. (1922)


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